Más apuntes de la pandemia.
Día 218. Yo creí que los días del confinamiento total estaban enrarecidos. Episodios trágicos, escenas surreales, una pausa forzada en la que el tiempo era una masa extraña donde nada parecía importar. Pero nada parecido a esto que han llamado “nueva normalidad”. “Nueva normalidad”, dijeron en junio. Muchos hablaban del “mundo post pandemia”, pero en realidad se trataban de meros eufemismos. Decimos “nueva normalidad” para evitar explicar que no podíamos seguir encerrados por toda la eternidad, para callar que el virus sigue allí, para esconder que, como la pandemia continúa, conviene aprender a vivir con ella. Lo que la gente entendió, por supuesto, ha sido quién sabe qué cosa. Y ahí es donde el ambiente se pone raro: unos creen que la epidemia terminó y que pueden retomar su vida normal; otros que se ha debilitado lo suficiente como para no preocuparse; algunos más se sienten cansados de la dinámica y han decidido que la situación ha dejado de importarles. Pare...